domingo, 12 de octubre de 2008

Mötley en Argentina | Un diluvio de emociones



















11 de octubre de 2008. 26 años después de la salida de su primer disco, Mötley Crüe llegan por primera vez a nuestro país para presentar "Saints Of Los Angeles". Cerca de las 21hs. los rayos comienzan a cruzar el cielo y empieza a llover. No eran efectos especiales. Los plomos y técnicos de la banda comienzan a desplegar las letras de LOS ANGELES en el escenario. 21,30hs (el horario estipulado para el comienzo) continúa lloviendo y el locutor de turno anuncia una pequeña demora debido al mal tiempo. Rostros de impaciencia en el público, ansiedad y temor a que los músicos no quieran salir a tocar por miedo a la tormenta. La lluvia se detiene. 22hs. se apagan las luces, comienza a sonar "Kickstar My Heart", 20.000 fanáticos del hard rock, probablemente el 99% de los que fans que hay en este pais, comenzamos a saltar descontroladamente y a cantar ese tema que tantos años esperamos. "Wild side" y "Shout At The Devil" se suceden como disparos de adrenalina y la gente enloquese. Vuelve la lluvia, más fuerte, más fuerte. Diluvia. Todos pensamos asustados que se terminaba nuestra ilusión. Nada más alejado de la realidad. Allí está Vince Neil, avanzando en una tarima bajo la lluvia, moviendo su humanidad y cantando, con una sonrisa enorme, agitando y levantando a la gente una vez más. "Yeah! Crazy Motherfuckers!" repetía el gran Vince mientras Tommy Lee golpeaba la batería como sólo él sabe hacerlo y Nikki Sixx se sumaba al increíble espéctaculo que nos daba la banda acompañada por miles de almas a las que nada importó que lloviera de una forma demencial. "Looks that Kill", Same ol' Situation", "Red Hot", "Live Wire", "Primal Scream" y "Dr. Feelgood" nos dejaron a todos afónicos y el feedback entre el público y los Mötley, convirtió a esta noche inolvidable en una noche mágica, única, y que para terminar y coronando el sueño realizado, tuvo a Tomi Lee, tocando en el piano "Home Sweet Home" y a Vince Neil parado bajo la lluvia torrencial con el puño en alto, cantando y levantando el micrófono para que todos, absolutamente todos los que alli estábamos coreáramos el tema.

Final del recital, los cuatro músicos se acercan sonrientes al público (hasta Mik Mars parecía sonreir), agradecen, hacen reverencias por el apoyo de la gente y se van, felices como todos nosotros. Se encienden las luces, se ve gente llorando, abrazándose. La magia terminó. Es hora de volver a casa.

OSCAR PARA GLAM RIDE!

1 comentario:

Martin dijo...

Increíble, a esta altura de mi vida ver una banda que escuchaba en la secundaria por primera vez. Estaba emocionadísimo. Acá encontré el audio del recital tomado desde la consola por si te interesa bajarlo.
http://ciberyeye.blogspot.com/
Excelente el blog !!
And i'd say we're still kickin' ass.